El 15 de mayo de 2016 se da el 68 aniversario de la Nakba (el desastre), la expulsión del pueblo palestino de su tierra tras ser declarado el Estado de Israel un día antes, el 14 de mayo. Este acto se producía dentro de un plan orquestado desde hace tiempo por las viejas potencias imperialistas Inglaterra y Francia, que fueron los impulsores fundamentales del sionismo y de su expansión en territorios palestinos.
Naciones Unidas adjudicó al Estado de Israel más del 50% del territorio palestino y desde 1948 el estado sionista de Israel comienza un acto de genocidio y limpieza étnica que dura hasta hoy. De manera sistemática los sionistas han expulsado de su tierra al 80% de la población palestina, con el apoyo inicial de Inglaterra y Naciones Unidas, y la alianza incondicional de EEUU al estado hebreo y su maquinaria de guerra y exterminio contra los árabes.
L@s refugiad@s palestin@s son más de 5 millones a día de hoy, consumando un acto racista y de limpieza étnica por parte del sionismo, que fue potenciado inicialmente desde el mandato británico hasta 1947 y posteriormente por EEUU y las potencias occidentales.
Una vez más los intereses geoestratégicos y militares de las grandes potencias están por encima de los derechos humanos condenando a un pueblo, el palestino, ante un estado criminal y fascista como el de Israel que sólo busca su exterminio y colonizar todas sus tierras, ante la mirada cómplice de la comunidad internacional.
Recientemente la campaña pacífica del BDS de boicot, desinversiones y sanciones contra Israel está siendo objeto de los ataques por parte del gobierno sionista, que no duda en llamar a la eliminación de activistas del Movimiento BDS. El estado sionista persigue a movimientos sociales, una vez más, con total impunidad.