Los trabajadores de Eulen-ABB están a punto de cumplir un mes de huelga desde que comenzaron el pasado 28 de noviembre la lucha por mantener sus puestos de trabajo. Desde que la huelga empezó, las empresas implicadas (ABB, que es su empresa real; EULEN, que es la que los tiene contratados; y EUROCEN-ADECCO, la que se niega a subrogar a los trabajadores afectados) están jugando con los trabajadores, negándose a negociar con ellos y negándose a darles información alguna sobre su futuro; usando mil tretas y artimañas para impedir el ejercicio del derecho de huelga, sustituyendo a los trabajadores por esquiroles, impidiendo la entrada del comité de huelga en las instalaciones de la empresa y un sinfín de incumplimientos de la ley. Amparados por su tamaño, la corporación ABB usa todas sus bazas para intentar ahogar la lucha de una plantilla de tan sólo 34 trabajadores, que no cuentan más que con su determinación y su voluntad de mantener sus puestos de trabajo.
ABB está dando un pésimo ejemplo como empresa de larga tradición en Córdoba, un ejemplo de falta de respeto a la ciudad que los alberga y a unos trabajadores que en algunos casos llevan más de quince años trabajando en su fábrica y a los que ahora tan sólo devuelve desprecio, mentiras e ilegalidades.