La central anarcosindicalista CNT ha protestado ante la Subdelegación del Gobierno en Almería para escenificar la preocupación por el incremento de los accidentes laborales. Una lacra en el mercado de trabajo que desde el año 2013 presenta una evolución ascendente con una media que ronda casi los dos fallecidos al día. Una dramática estadística que incide particularmente en nuestra provincia. En el trascurso del año pasado, 20 trabajadores, perdieron la vida en accidentes laborales en Almería, unas cifras que sitúan nuestra provincia a la cabeza de la siniestralidad laboral en Andalucía.
Para CNT, este incremento está íntimamente relacionado con la precariedad del mercado de trabajo, una precariedad buscada con las sucesivas reformas laborales que han contribuido a desequilibrar un grado más, las ya de por sí, desiguales relaciones entre trabajadores y empresarios. Las propias estadísticas del Ministerio de Trabajo lo indican: el número de accidentes laborales en el que se ven involucrados trabajadores y trabajadoras con contratos temporales son porcentualmente, mucho más elevados que el de los trabajadores con contrato indefinido.
La falta de estabilidad en el empleo provoca que los trabajadores renuncien al despliegue de actitudes reivindicativas en general y, particularmente, en cuestiones de seguridad y salud asumiendo situaciones de riesgo que terminan pasando factura. Los cursos de prevención de riesgos laborales para la legión de trabajadores precarios, de los que se nutren las empresas, se han convertido en un trámite burocrático que se despacha sobre el papel con la rúbrica justificativa de asistencia a un cursillo inexistente en el que la temporalidad, a veces de días, invalida cualquier forma de denuncia u organización sindical. Lo mismo ocurre cuando no se adoptan medidas colectivas de seguridad o no se provee a las plantillas de los EPIS necesarios o la empresa carece del plan de prevención de riesgos laborales. Si los trabajadores sienten cuestionada su estabilidad en el empleo, ni exigen estos, ni otros derechos. Esta situación, no es si no, una variable dentro del contexto que precisamente, la política laboral del Gobierno ha buscado con ahínco; la subordinación, un peldaños más, de los intereses de la clase trabajadora al poder económico. En el ámbito concreto de la siniestralidad laboral, con unas consecuencias dramáticas.
En la central anarcosindicalista CNT, entendemos que para minimizar las causas de los accidentes de trabajo no basta con una legislación específica avanzada en materia de prevención de riesgos laborales si como ocurre, hay otros factores que fomentan y amparan la precariedad en la legislación laboral actual: la subcontratación o externalización de servicios, la excesiva oferta de modalidades de contratación temporal que sin consecuencias severas, se emplean por muchas empresas de forma fraudulenta o, el abaratamiento de los costes de despido para el personal indefinido por una doble vertiente: ampliando las causas del despido objetivo, con solo 20 días de indemnización por año trabajado y por otro lado, abaratando las del despido improcedente. Todos estos elementos generan precisamente, las bases de la inseguridad en el empleo sobre las que se asienta los alarmantes índices de siniestralidad laboral que padecemos.
El Gobierno, tampoco facilita recursos suficientes para que la Inspección de Trabajo, cumpla eficazmente su función de control en materia de prevención de riesgos laborales y de la legislación laboral en general. La Inspección de Trabajo cuenta con una plantilla aproximada de unos 2000 efectivos entre inspectores y subinspectores de trabajo unas cifras, por debajo de la ratio de otros países de nuestro entorno. En Almería, hay menos inspectores de trabajo que hace dos años. Tampoco se facilitan herramientas legislativas útiles, para detectar un tipo de fraude bastante extendido… El control horario. La ley no obliga a las empresas a registrar a diario la jornada de trabajo lo que equivale a dejar una puerta abierta al fraude tanto para la Seguridad Social, con miles de horas extras al año que dejan de abonarse en las nóminas de los trabajadores como, por el limbo legal que aprovechan muchas empresas, para prolongar la jornada laboral en vez de optar por la contratación de más personal. Esto, incide también en la salud y en los índices de siniestralidad laboral. El aumento de los accidentes in intinere, o los infartos o ictus en los centros de trabajo son un síntoma inequívoco del sobreesfuerzo y del estrés provocado por jornadas laborales propias de otro siglo.
Desde CNT, y ante las estadísticas poco alentadoras que sobre la siniestralidad laboral que se vienen produciendo en los últimos años, hemos querido trasladar a la Subdelegación del Gobierno nuestra inquietud por el aumento de los accidentes de trabajo y hemos exigido el incremento del número de Inspectores de Trabajo en general y, particularmente, la ampliación de la plantilla de los destinados en la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Almería. También demandamos medidas legislativas urgentes para un adecuado control del horario de la jornada laboral como reclaman las propias organizaciones progresistas de Inspectores de Trabajo. Además, exigimos un cambio de la vigente reforma laboral que revierta la precariedad en el empleo, una precariedad, que para los intereses de clase de los trabajadores y trabajadoras de este país, está siendo nefasta.