Sonia Lojo González me recibe en
la puerta de la nave que la Fundación Anselmo Lorenzo tiene en Yuncler, un
pequeño pueblo de Toledo cercano a Madrid. Lleva puesta su bata blanca y una
estupenda sonrisa. Su mirada viva y su discurso pedagógico me cautivan desde el
primer momento. Me explica cómo encontraron esta ubicación, este espacio de
unos 1.000 metros que cumple a la perfección con todas las condiciones para
conservar y custodiar los fondos documentales de la CNT.
Pero es cuando entramos al
archivo, al corazón de la FAL, a esta caja enorme llena de historia y de sueños
colectivos, cuando se me abren los ojos y la boca sin querer y Sonia se echa a
reír.
«¿Has alucinado verdad? Sabía que te ibas a quedar con la boca abierta. Esto es una pasada. Una joya. Ya les gustaría a muchos archivos administrativos o estatales tener el archivo que nosotr@s tenemos. Antes de venirnos aquí nos preocupamos de asesorarnos con los que más saben, así que estuve en el Instituto de Patrimonio Histórico Español y me los traje aquí.»
«La catalogación es muy importante. Que la gente pueda venir a buscar información y rápidamente se localice entre estos 120 metros cuadrados de estanterías.»
Nos hemos sentado en la mesa de
trabajo. Enfrente tenemos los compactos dónde se apila el material audiovisual,
o el fondo documental de la CNT, o de otras organizaciones como Mujeres Libres
o la AIT. También fondos personales como el de Abel Paz o Abraham Guillén. Materiales
únicos cuya pérdida sería irreparable. Un archivo de 10.000 cajas, una
biblioteca de 40.000 libros, un fondo de cartelería de más de 10.000 cárteles
perfectamente catalogados y conservados en los planeros, unos armarios
rectangulares de cajones amplios y estrechos situados a la derecha.
«Hicimos la gestión en el 2.012, 2013 y 2014 y durante esos tres años estuvimos inventariando toda la documentación. Fue un trabajo muy duro. Lo primero es ordenar y saber lo que tienes. La catalogación es muy importante y, después, hay que crear una serie de instrumentos para la recuperación de la información, que es el fin del archivo, de la biblioteca o de cualquier centro de documentación. Que la gente pueda venir a buscar información y rápidamente se localice entre estos 120 metros cuadrados de estanterías. Que podamos mimar y difundir la historia del movimiento libertario y de la CNT.
En la hemeroteca tenemos documentación principalmente del siglo XIX, también del XX y hasta nuestros días. De la Guerra Civil, del exilio y de la transición. El archivo fotográfico de la Guerra Civil es uno de los más importantes que tenemos. Todo este material forma un archivo muy moderno. Contemporáneo. Pero muy especial. Porque es único. Los archivos de los movimientos obreros son únicos. El resto de movimientos obreros decidieron ceder al Estado sus archivos. Nosotros dijimos que no.»
«El resto de movimientos obreros decidieron ceder al Estado sus archivos. Nosotros dijimos que no.»
De vez en cuando Sonia coge el termohigrómetro para observar la temperatura y la humedad de la sala. Y me explica todos los cuidados que hay que mantener para que el papel, que es orgánico, se conserve para siempre. Sin hongos, sin bibliófagos. Y enumera su extenso paso por multitud de archivos, bibliotecas, museos. Siempre cercana a la FAL. Desde que terminara la carrera de Historia, Sonia se ha dejado la piel como una hormiguita, colocando, catalogando, informatizando, y pensando cómo organizar esta maravilla que tenemos en la CNT.
«Me ha pasado que me despertaba de madrugada diciendo: ¡Ya lo tengo! ¡Ya sé cómo hacer la base de datos para que se catalogue esto! Es una obsesión y además se mezcla el trabajo profesional con la militancia. Llevo en la CNT veinte años. Casi siempre vinculada a la FAL. Más de una década. Estuve del 2004 al 2006 y luego desde el 2011 hasta ahora. Todo esto forma parte de mí. Ahora me voy tranquila porque creo que la FAL se queda mejor que nunca.»
A Sonia se le nota un gesto de tristeza y preocupación cuando habla de otros tiempos. De cómo estaba la FAL, en Villaverde, o en los sótanos de Peñuelas, donde se apilaban cajas y cajas rodeadas de goteras. Piensa en el futuro de este lugar que es la historia del pueblo español. De ese territorio que vio como explotaba una revolución social única en el mundo. De esa Historia que nunca escribe la Historia Oficial.
«Me gustaría que todos los compañeros vinieran aquí, a Yuncler. Para que lo sientan suyo, lo conozcan y lo valoren y se tomen decisiones conscientes y lúcidas.»
«Me gustaría que todos los compañeros vinieran aquí, a Yuncler. Para que lo sientan suyo, lo conozcan y lo valoren y se tomen decisiones conscientes y lúcidas. Porque la FAL es la CNT y las decisiones las toma la CNT. Y estas decisiones las toman compañer@s que no saben todo lo que supone la FAL. Qué no han venido a la FAL. Qué no han visitado estos archivos.
Concienciarles de la
importancia de esta Fundación. Se necesitan medios profesionales humanos y
materiales para que se conserve para el futuro y para las nuevas generaciones.
Es verdad que la FAL es un saco roto para la organización, cada dos por tres
estamos pidiendo dinero, pero es que no hay otra manera de sacarla adelante.
Por eso la CNT tiene que decidir si tiene capacidad para asumir esta joya.
Pero aparte, la FAL no es solo esto, la FAL es mucho más, por el local de Peñuelas ha habido fines de semana por las que han pasado más de 600 personas. Es el tema, que la FAL es mucha FAL, y yo creo que es ahí donde la organización no es consciente de todo lo que supone. La FAL es un centro documental, una fototeca, una fonoteca editorial, una librería, un centro cultural, … Somos tres, cuatro como mucho para sacar todo esto. Tod@s l@s que trabajamos aquí ponemos toda nuestra energía y lo hacemos por muy poquito. Se necesitan profesionales con dedicación exclusiva para poder hacer este trabajo y esta gente se merece un salario digno y unas condiciones adecuadas.»
«La FAL es mucha FAL, y yo creo que es ahí donde la organización no es consciente de todo lo que supone. La FAL es un centro documental, una fototeca, una fonoteca editorial, una librería, un centro cultural, …»
Sonia dice que se está haciendo un poquito mayor y que necesita tomar aire, pero la verdad es que esta mujer rezuma energía por todos los poros. Si rascas en las paredes de Yuncler, seguro que hay restos de su ADN. Todo un símbolo para nosotras, las mujeres, en un espacio dónde los hombres siempre han tenido más presencia. Pero Sonia ha alzado la voz tan alto, tan alto, que ha llegado a todos los rincones de nuestra geografía con esa maravillosa exposición que dibuja la historia de Mujeres Libres.
«La exposición la empecé a hacer en el 2013. Necesitaba difundir la historia de las mujeres. Yo quería ser bibliotecaria de pueblo. En las bibliotecas se trabaja mucho la extensión cultural, para atraer a la gente a la biblioteca y que aprenda por sí misma. La biblioteca me dio esa herramienta. La museografía y la museología me dieron los instrumentos para conseguir que los objetivos que buscas se cumplan. Tardé cuatro años en hacer la exposición y la pensé para que fuera itinerante. Estoy muy contenta de esta pequeña aportación, y también con la experiencia.»
Y se le pone así cara de
satisfacción, hasta se le escapa un suspiro, como una niña mala que ha hecho
alguna trastada y le han pillado infraganti. Pero las mujeres anarquistas de la
CNT, y también los hombres, se sienten muy muy orgullos@s de tanto empeño, de
tanto acierto y de tanto cariño como nos deja esta mujer. Compañera, amiga, y
ejemplo de cómo hacer bien las cosas. Nos vemos a lo largo del camino. Hasta el
horizonte.
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