Zaragoza | Foto: invernadero de Gardeniers | Extraído del cnt nº 422
El pasado septiembre aparecía en los medios la noticia de que el personal auxiliar de sala que atendía las visitas turísticas al Palacio Real realizaba jornadas de 11 horas por un salario de menos de 600 euros al mes. El motivo de estas condiciones leoninas es que la empresa Clece, adjudicataria del servicio licitado por Patrimonio Nacional, había a su vez subcontratado a un centro especial de empleo. Este caso sirvió para que, aunque por unos pocos días, saltara a la opinión pública la realidad en estos centros.
Según el INAEM, Instituto Aragonés de Empleo, los centros especiales de empleo (CEE) son «empresas que, mediante la realización de un trabajo productivo y la participación regular en las operaciones del mercado, tienen por finalidad el asegurar un empleo remunerado y la prestación de servicios de ajuste personal y social a sus trabajadores discapacitados, a la vez que han de constituir un medio de integración del mayor número de estos trabajadores en el régimen de trabajo normal». Es decir, los C.E.E. son empresas, empresas que, como todas las empresas, buscan beneficios y acceden al mercado en cualquier sector que consideren rentable.
La sección sindical de CNT reclama que el tiempo de descanso durante la jornada sea considerado trabajo efectivo, plus de conducción y cuestiones de estrés térmico en los invernaderos.
En la experiencia de CNT Zaragoza con estos Centros especiales de empleo, lo primero que nos llamó la atención es que, aunque estas empresas entran a competir en toda una variedad de sectores productivos (desde el industrial hasta los servicios, desde el transporte al comercio, jardinería, limpieza, alimentación…) todos ellos se rigen por el mismo convenio de ámbito estatal: el «convenio colectivo general de centros y servicios de atención a personas con discapacidad» y la legislación específica en materia de discapacidad, que les marcan una serie de requisitos y ventajas.
En Gardeniers, empresa dedicada a la jardinería, agricultura ecológica, conservas de productos y mantenimiento de fincas, la sección sindical de CNT ha comenzado su andadura reclamando principalmente aspectos relacionados con que el descanso durante la jornada (pausa del bocadillo) sea considerado tiempo de trabajo efectivo, el reconocimiento de un plus de conducción y cuestiones de estrés térmico en los invernaderos. Aunque la empresa no ha puesto impedimentos a la participación de la CNT en la negociación colectiva, nos encontramos con una negativa continua por su parte a tratar estos aspectos básicos para el bienestar de la plantilla.
Anteriormente, en la CNT de Zaragoza habíamos tenido también un conflicto bastante duro con otro grupo empresarial que funciona como centro especial de empleo: Transportes Ocón, dedicado al transporte por carretera en todo el territorio nacional y países limítrofes, mensajería, paquetería y arrastres que cuenta con más de 500 vehículos. En este caso, la empresa fue condenada por represión sindical al haber despedido a un afiliado tras haberles demandado por contrato en fraude (en una empresa con cientos de trabajadores no había apenas indefinidos) y por la realización de jornadas que llegaban hasta las 15 horas, cuando el convenio colectivo prohibe expresamente la realización de horas extras salvo las de causa mayor.
Es muy habitual la contratación de trabajadores y trabajadoras cuya discapacidad no afecta en absoluto a su productividad ni necesitan ningún tipo de adaptación, pero con un convenio a la baja y una escasa o nula supervisión por parte de las admisnitraciones que suelen ser, además, sus principales clientes.
Hay que señalar que la ley marca que para ser considerado Centro Especial de Empleo y poder acceder por lo tanto a las distintas ventajas que ello conlleva (subvenciones de hasta el 50% del coste salarial, bonificación de la cuota de la seguridad social, subvenciones para sanear financieramente la entidad, para la adaptación de puestos de trabajo… entre otras) la obligación que deben cumplir estas empresas consiste en tener al menos un 70% de personal con discapacidad, pero sin más exigencias a la contratación. Esto hace que sea muy habitual la contratación de trabajadores y trabajadoras cuya discapacidad no afecta en absoluto a su productividad ni necesitan ningún tipo de adaptación (de hecho es habitual que trabajen indistintamente en CEE o empresas al uso) pero por un convenio a la baja y una escasa o nula supervisión por parte de las admisnitraciones que suelen ser, además, sus principales clientes. Desde CNT Zaragoza vamos a continuar nuestra labor sindical exigiendo que la necesaria inserción laboral de las personas con discapacidad no sea una excusa para la subcontratación, la precarización de las condiciones laborales y la explotación de trabajadores y trabajadoras con discapacidad.
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