ZONA LUMBAR | Fotografía: Europa Press | Extraído del cnt nº 42
Andaba yo inmerso en esa ancestral tradición del bajonazo en los últimos días de vacaciones con la esperanza de hallar un remedio contra el insomnio que me producía la vuelta a la fábrica, cuando tuve la genial idea de centrarme en algún tipo de lectura que atrajese los bostezos como si de un imán se tratase.
Encontré la solución en el «ACUERDO PARA LA REACTIVACIÓN ECONÓMICA Y EL EMPLEO DESDE LA DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y LAS POLÍTICAS SOCIALES, SOBRE LA BASE DE MÁS Y MEJOR AUTOGOBIERNO ¡EUSKADI EN MARCHA!», que es, ni más ni menos, el generoso título que el PNV y el PSOE le han dado a su pacto de gobernabilidad en la CAPV.
Las Elecciones Autonómicas celebradas el pasado 12 de julio, con una Censo Electoral (CE) de 1.794.316, dejó sobre la mesa un 49,22% de abstención. El PNV fue la formación política más votada con 349.960 papeletas, el 19,50% del CE, que, metidas en la chistera del parlamentarismo, además de un conejo le salieron 31 de 75 escaños, el 41,33% de los asientos. El PSOE quedó tercero y sumó 122.248 sufragios, el 6,81% del CE, que, al igual que la magia aplicada en el caso del PNV, le premian con 10 de 75 escaños, el 13,33% de las butacas.
La «nueva normalidad», que no deja de ser el timo habitual, se me antoja de una difícil digestión y tiene de «nueva» lo que el Emérito de trabajador.
Dicho de forma más clara, PNV + PSOE suman un 26,31% de votos que, con una milagrosa dieta de musculación a base de carbohidratos, proteínas y un chute de esteroides, se transforman en 41 de 75 escaños, el 54,66% de representación en el Parlamento Vasco. Una minoría en las urnas sinónimo de una mayoría parlamentaria. La «nueva normalidad», que no deja de ser el timo habitual, se me antoja de una difícil digestión y tiene de «nueva» lo que el Emérito de trabajador.
Ya inmerso en la lectura de las noventa y una páginas del Acuerdo, el desvelo dio paso a las cabezadas al frente y a los lados. Apenas llevaba unos pocos folios cuando el sueño me abrazó con toda su cordialidad. Y qué menos leyendo párrafos tan graciosos como éstos: (…) La creación de empleo de calidad es una apuesta básica de la economía innovadora. El crecimiento económico debe venir acompañado de una mejora en la calidad del empleo, entendida tanto en términos de mejores salarios como de mayor estabilidad, menor parcialidad en las jornadas laborales y disminución de la temporalidad de los contratos.(…) A estas alturas de la vida parece que el Acuerdo viene a descubrir la pólvora. Y, mientras, Confebask satisfecho.
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