PALABRAS ECONÓMICAS | Ilustración de Mamen Moreu | Extraído del cnt nº 428.
Las cifras de la Covid-19 a 14.06.2021, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Mundo son 175.686.814 casos confirmados y 3.803.592 fallecidos, se han administrado 2.156.5450.767 vacunas, para una población mundial de 7.800 millones de personas.
El mayor problema para la erradicación de la epidemia del coronavirus es la dificultad de vacunar a la población mundial. Sobre todo, por la falta de vacunas a nivel mundial, por la imposibilidad de fabricar las vacunas en el numero necesario para inmunizar a toda la humanidad. La causa fundamental de la escasez de vacunas es la propiedad y patentes de las vacunas, que impiden su producción generalizada y el acceso universal a las vacunas.
Más de cien países, incluido EEUU, se han sumado a la propuesta de suprimir las patentes y la propiedad de las vacunas de forma temporal para favorecer la producción de vacunas a escala mundial y en un corto espacio de tiempo, y poder inmunizar a la población de forma rápida.
La realidad sanitaria ha puesto en evidencia que el dogma e injusticia capitalista de la propiedad privada y/o estatal de los medios de producción, en este caso sanitarios, no sirve para solucionar los graves problemas sanitarios de la humanidad, sino todo lo contrario, dificulta su solución y agrava el problema. Convirtiendo la enfermedad del coronavirus en una injusticia sanitaria, económica y social, cuya causa está en la propiedad y patentes del capitalismo y de los estados, que impide el acceso universal a la salud de toda la humanidad.
El capitalismo y los estados ya han renunciado en varias ocasiones a sus propios dogmas y doctrinas económicas e ideológicas por inservibles, incluso a sus propios intereses de clase, para solucionar los graves problemas e injusticias que provocan ellos mismos con su sistema político y económico. La más cercana fue con la crisis del capitalismo de 2007, donde hicieron un llamamiento a refundar el capitalismo y a suspender temporalmente sus doctrinas y dogmas económicos y políticos, para poder acudir de forma masiva a la financiación de recursos públicos para poder sobrevivir.
Ahora, en 2021, vuelven a proponer renunciar a sus dogmas y doctrinas para hacer frente a la epidemia del coronavirus, suspendiendo temporalmente la propiedad y las patentes sobre las vacunas, para realizar una producción universal de las vacunas de forma inmediata.
La racionalidad de la Ideología anarquista se comprueba en la práctica de su teoría económica, de la propiedad común y social de todos los medios de producción, distribución y consumo, de la equidad e igualdad para todos.
Hoy, como ayer, los anarquistas seguimos diciendo: La propiedad es un robo, P.J. Proudhon en 1840, pero, además, es una injusticia capitalista y estatal que impide la salud universal de toda la humanidad.
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