DOSIER Represión | DE ROSITAS | Foto: EZLN | Extraído del cnt nº 430
La delegación zapatista que recabó en mi ciudad estaba integrada al 100% por mujeres. Todas muy jóvenes y ya con experiencia de lucha.
Uno de los encuentros fue solo “de y entre mujeres” lo que permitió tratar cuestiones más íntimas que callaré. Traen en su memoria historias de esclavitud vividas hasta no hace tanto, recuerdos de un pasado cercano. Sus abuelas conocieron la vida en las haciendas de los grandes terratenientes.
Independientemente de las diferencias ideológicas que podamos tener en relación con el movimiento zapatista, no cabe duda que son un ejemplo de resistencia ante la opresión.
Alzarse contra la opresión requiere convencimiento y determinación y las zapatistas la tienen. En su incorporación al Ejército Zapatista de Liberación Nacional no abandonaron sus reivindicaciones como mujer y continuaron reclamando derechos y su sitio dentro y fuera de sus comunidades en condiciones de igualdad. Mostraron a sus vecinas que cuando se dice que la mujer no puede hacer esto o aquello, que no vale para pelear o administrar una comunidad, es mentira. Todas podían capacitarse porque somos iguales a los hombres. Su esfuerzo llevó a que la mujer esté presente en la gestión y administración de sus comunidades, en las juntas de buen gobierno de sus caracoles, como las llaman. Comunidades autogestionadas que no reconocen la autoridad estatal, el mal gobierno, y que cuentan con una estructura organizativa propia, de fuerte carácter asambleario y ajena al estado.
Se interesaron por la CNT y en especial por la mejor herramienta de lucha que tenemos para combatir la opresión: la huelga. Quedaron perplejas al saber que aquí son ilegales las huelgas de solidaridad. N»o daban crédito, no lo entendían. Preguntaron por logros importantes de nuestras luchas. Brevemente: la Canadiense y las 8 horas; las 36 horas en 1936 para el sector de la construcción; huelgas de inquilinos; y, por supuesto, la del 8M y los planeamientos que CNT tiene al respecto.
Su mensaje final fue claro y rotundo: «El capitalismo tiene que caer, aunque haya bajas, aunque perdamos compañeras y compañeros en el camino, no abandonen, resistan». La delegación zapatista que recabó en mi ciudad estaba integrada al 100% por mujeres. Todas muy jóvenes y ya con experiencia de lucha.
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