La utilización de la caridad religiosa como válvula de escape a un estallido social es una opción abiertamente apoyada por los responsables de la planificación socioeconómica que estamos sufriendo.
La destrucción de la verdadera idea de la solidaridad sustituida por un falso individualismo miope viene aparejada por la sustitución también de aquello que una vez se consideró «derechos»; para caer en el campo de la caridad cristiana. De esta forma se sustrae el protagonismo de
aquel que reclama algo que le pertenece para pasar a ser un sujeto pasivo sobre el que se ejerce la caridad con la condición implícita de su resignación y sumisión. Analizaremos esta idea con el ejemplo de Cáritas, Intermón & Oxfam y las Fundaciones de Bancos de Alimentos