Las organitzaciones y grupos del territorio valenciano abajo firmantes dan respaldo a la manifestación convocada por ALIENTE (Aliança Energia i Territori/aliente.org) para el 16 de octubre a las 17h en Madrid.
En un momento en que el recibo de la luz está disparado y el modelo energético y eléctrico en proceso de cambio por la inevitable y necesaria disminución del uso de combustibles fósiles, tenemos la oportunidad histórica para democratizar el acceso a la energía y andar hacia un nuevo modelo real y sostenible de transición energética.
El modelo centralizado para las energías renovables que se está impulsando actualmente, basado mayoritariamente en los macroproyectos fotovoltaicos y eólicos, alejado de las zonas urbanas y de consumo, pone la energía, un vez más, en las manos de las grandes empresas, y necesita, además, grandes líneas de evacuación para hacer la distribución que suponen un gran impacto sobre los territorios que transita y la inevitable pérdida de energía en su transporte y transformación.
Muchos de los parques fotovoltaicos están proyectados en suelos de alto valor agrícola, el concepto choca frontalmente con los objetivos de conservación, mejora y protección de un sector fundamental para la vida y la sostenibilidad, como es la agricultura, que ya está sometida actualmente a muchas presiones negativas.
Los parques eólicos se promueven sobre todo a las partes altas de las montañas y sierras del interior, cosa que multiplica los impactos paisajísticos, que genera graves problemas en la fauna y flora, y que, contribuye directamente a la degradación de tierra en todo el proceso de construcción.
Al margen de los grandes impactos ambientales, agrícolas, paisajísticos y socioeconómicos, también es un contrasentido que estas infraestructuras se ubican lejos de los centros donde se consume la mayor parte de la energía: que son las grandes ciudades, las industrias y las empresas de servicios, localizadas mayoritariamente en las áreas litorales. Es en estas zonas donde hay posibilidad de aprovechar polígonos industriales (muchas veces sobredimensionados) y áreas periurbanas degradadas para instalar equipaciones energéticas en el lugar que se consume la energía, incluyendo rompeolas y puertos, urbanizaciones, techos de edificios, públicos y privados, cenadores y solares sin uso.
Hace falta que las diputaciones y ayuntamientos lideren la implantación de comunidades energéticas locales (CIELO) o las comunidades energéticas de renovables (CER) que contribuyan a la democratización de la energía y al consumo de proximidad.
Por todo esto:
Pedimos de manera urgente y necesaria la modificación del modelo planteado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y por el Decreto Ley 14/2020 del Govern Valencià, porque se priorice una transición energética basada en el ahorro, en el respecto a los ecosistemas y por los territorios de interior, en la eficiencia energética, en las CIELO y las CER y en el autoconsumo. Y, de este modo, se rechace el modelo propuesto de renovables a gran escala que incentiva la burbuja especulativa y el desvío de fondos europeos, sin una planificación territorial, sin participación ciudadana, mayoritariamente en manos de grandes empresas y fondos de inversión, y alejado de donde se pide la mayor parte de la energía consumida.
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