El pasado mes de junio la CNT de Adra organizaba en su sede social un acto público para explicar y difundir las propuestas de la central anarcosindicalista para luchar contra el paro.
Antes se hizo un análisis de las reformas laborales llevadas a cabo por los distintos gobiernos que han venido sucediéndose en este periodo democrático y el papel desempeñado por los sindicatos mayoritarios en este proceso continuado de pérdida de derechos tanto laborales como sociales.
Una de las conclusiones a las que llegaron los asistentes es que quienes han contribuido decisivamente a la desmovilización de los trabajadores en general no pueden ahora liderar la lucha contra el desempleo. Es sintomático que CCOO o UGT no planteen el reparto de trabajo y la reducción de jornada sin merma salarial entre las reivindicaciones que plantean para combatir el paro. Es un síntoma inequívoco de la asimilación del discurso de la competitividad y los paradigmas económicos de la actualidad.
Para CNT, el reparto del trabajo concretado en una reducción de la jornada laboral a 30 horas sin reducción salarial no es una utopía sino una cuestión de sentido común ya que no se va a crear mucho más empleo del que existe en la actualidad. Y es que ante un sistema económico que intenta reestructurarse a base de llevar a la exclusión social a una cada vez mayor parte de la población se impone el reparto del trabajo como primer paso hacia u modelo económico distinto, en el que la economía cumpla una función social y no como ahora, que está al servicio del enriquecimiento privado. Este es el gran reto del anarcosindicalismo que debería asumir todos los movimientos y organizaciones que luchan contra la exclusión social y el paro.
Otros propuestas que se desgranaron fueron el de la jubilación a los 55 años como forma de dar paso a los jóvenes en el mundo del trabajo; la supresión de horas extras y pluriempleos o las prácticas gratuitas en las empresas