SINDICAL | Ilustración de El Bellotero | Extraído del cnt nº 431
Tras varias reuniones infructuosas con diversos responsables metropolitanos, la sección del taxi se ha visto obligada a convocar una concentración frente al ayuntamiento de Barcelona para visibilizar un problema que lleva afectando desde hace tiempo a las y los trabajadores del taxi y también a los usuarios. Con esta acción se ha querido advertir a la ciudadanía del peligro que corren al usar el servicio de taxi del área metropolitana de Barcelona.
No hay ninguna medida de seguridad para las y los trabajadores asalariados del taxi, no hay ningún control sobre las empresas y flotas del taxi del área metropolitana de Barcelona.
Desde La sección del taxi del Sindicato de Oficios Varios de Barcelona de la CNT, denunciamos todos los abusos permitidos desde el Instituto Metropolitano del Taxi (IMET), que a continuación detallamos:
Los taxistas asalariados para poder tener un sueldo digno necesitan hacer cada día extenuantes jornadas de más de 12 horas, algunos taxistas asalariados llegan a hacer 16 o incluso 24 horas durante semanas enteras. Incluso hay trabajadores del taxi que duermen y comen en el vehículo. Todo para poder llegar a los 1100 euros mensuales.
Estas largas jornadas de trabajo son debidas a que el trabajador asalariado cobra a comisión, de esa comisión se le descuenta el IVA, la seguridad social y el IRPF. No le pagan horas extras, nocturnidad ni días festivos.
En agosto nos dan 700 euros y no podemos hacer vacaciones, las pagas extras son de 350 euros cada una.
Siempre cobramos el mismo porcentaje en cualquier circunstancia, si no llega al mínimo el empresario lo descuenta de la nómina, así que se ve obligado a trabajar todo lo que haga falta para poder mantener a su familia, en muchas ocasiones teniendo que aceptar un dinero que se gana en negro y que nos arranca cada día un poco más de vida. Por ello nos vemos obligados a trabajar jornadas interminables para compensar todos estos déficits, con los consiguientes efectos negativos para nuestra salud y el peligro que conlleva el cansancio de tantas horas al volante.
Mientras, los floteros se pasan la vida recaudando dinero con la salud y la vida de los asalariados, escondiéndolo debajo del colchón. Ingentes cantidades de dinero negro que nadie controla.
Estas largas y extenuantes jornadas ponen en peligro nuestras vidas: queremos recordar el grave accidente de un taxista asalariado ocurrido en la terminal 2 del aeropuerto de Barcelona hace unos meses.
Queremos recordar también la larga lista de taxistas asalariados que sufren ataques de ansiedad, taquicardias, infartos… y están de baja médica, debido a la presión, al acoso y al mobbing al que son sometidos por empresas, floteros y gestorías del taxi de Barcelona.
Señalamos directamente como responsables al IMET por permitir esta situación, y por desentenderse de lo que pasa en las empresas del taxi, pues según ellos es un problema empresarial y sindical y no es competencia suya.
Señalamos directamente como responsables al departamento de trabajo y a inspección de trabajo que no actúan si no hay una denuncia previa y cuando actúan lo hacen al cabo de 5 meses cuando el trabajador está de baja o despedido.
Tanto los trabajadores del taxi autónomos como asalariados estamos cansados de años de abusos e impunidad de las empresas del taxi y de una mafia de floteros que imponen sus propias leyes de forma autoritaria y marcial, sin que nadie les exige responsabilidades. Estos empresarios señores del taxi son responsables de la explotación de taxistas, obligándoles a hacer jornadas interminables de trabajo, poniendo en peligro la salud de los trabajadores y la seguridad de los y las usuarias del taxi de Barcelona.
Ya somos varias personas que, cansadas de no poder ganarnos la vida con un mínimo de dignidad ofreciendo a la ciudadanía el servicio de taxi que merece, nos hemos organizado para cambiar esta situación. Es hora de luchar por nuestros derechos.
La entrada Conducir taxis: la explotación sin descanso se publicó primero en Confederación Nacional del Trabajo.