PALABRAS ECONÓMICAS | Extraído del cnt nº 42
Las cifras del Covid-19, al 7 de septiembre de 2020 según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el Mundo son 27.032.617 casos confirmados y 881.464 fallecidos. En España, según el Ministerio de Sanidad, 525.549 casos confirmados y 29.516 fallecidos.
El 31 de diciembre de 2019 China informó sobre unos nuevos casos de neumonía de etiología desconocida con inicio de síntomas el 8 de diciembre, con un origen en un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la ciudad de Wuhan. El Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (RSI, 2005) ha declarado el actual brote de coronavirus como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII) en su reunión del 30 de enero de 2020. La OMS ha denominado a esta nueva enfermedad Covid-19 (enfermedad infecciosa por coronavirus 19).
El impacto en la economía mundial es desastroso provocando una recesión de más del 10% en 2020, en términos generales y aproximados, producto de las políticas económicas adoptadas de suspensión de las actividades económicas y, de las medidas sanitarias de aislamiento de las poblaciones para evitar el contagio de la enfermedad. Esta situación aumentará el número de personas en pobreza extrema, crecimiento del paro y del subempleo, y la reducción de los ingresos en la mayoría de la sociedad trabajadora, la clase social más castigada por esta pandemia. La injusta distribución de la riqueza, de la salud y el sufrimiento humano van de la mano.
La improvisación y la falta de los más mínimos medios para atajar esta emergencia sanitaria del Covid-19, por parte de los Estados y del Capitalismo, se resume en su incapacidad para tomar las medidas sanitarias adecuadas en el tiempo oportuno, anticipándose de forma racional al contagio generalizado de la población
El Capitalismo y los Estados son incapaces de solucionar los problemas que ellos mismos generan sin aumentar las injusticias humanas de todo tipo: económicas, sociales, sanitarias.
La improvisación y la falta de los más mínimos medios para atajar esta emergencia sanitaria del Covid-19, por parte de los Estados y del Capitalismo, se resume en su incapacidad para tomar las medidas sanitarias adecuadas en el tiempo oportuno, anticipándose de forma racional al contagio generalizado de la población, a su falta de capacidad para fabricar elementos protectores tan sencillos como unas simples mascarillas, unos elementales guantes y trajes sanitarios de plástico, junto a unos sencillos respiradores para tratar la enfermedad.
Sin embargo, los Estados y el Capitalismo, en contraposición a la reducción constante de recursos en las políticas sanitarias y de salud, mantienen y acrecientan unos gastos militares ingentes, unas subvenciones a las religiones desmesuradas, y consienten una corrupción generalizada, que protegen y fomentan, como es el caso de la Monarquía española, donde el rey emérito huye de su país por corrupto a una monarquía teocrática árabe (acompañado y custodiado por cinco guardias civiles del estado español), a pesar de tener el privilegio constitucional de la inviolabilidad, privilegio que ofende a las más mínimas normas de la ética humana.
Conscientes de que la salud, la economía y el cambio social forman parte de la misma justicia social, finalizar como decían y dicen los anarquistas: salud y anarquía.
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