Secretario General de la CNT | Ilustración: La TiRa de RiTa, por Pepe Farruco | Extraído del cnt nº 424
La pandemia que hemos sufrido durante estos últimos meses, causada por un virus, ha demostrado la fragilidad del sistema en el que vivimos, basado completamente en la economía.
La pandemia nos paralizó, En un instante, toda la seguridad que esta sociedad sentía desapareció. Esa falsa seguridad que nos venden, hemos podido descubrir por unos meses, lo frágil que es y que somos.
Deberíamos haber aprendido durante esta pandemia cómo estamos tratando al medio ambiente, a qué nivel estamos destruyendo este planeta. En este país hemos parado unos meses la producción, aunque de manera total solo un mes, suficiente para darnos cuenta del nivel de contaminación que generamos, y el daño que esta forma económica está haciendo al planeta y, por ende, a nosotros.
En este país hemos parado unos meses la producción, aunque de manera total solo un mes, suficiente para darnos cuenta del nivel de contaminación que generamos, y el daño que esta forma económica está haciendo al planeta y, por ende, a nosotros.
No es posible seguir produciendo de esta manera. Algunos creen que la técnica avanzará lo suficiente para salvarnos, pero lo cierto es que hasta ahora se investiga y se produce solo aquello que genera beneficios económicos. No tiene apenas cabida en la investigación lo que es ecológicamente sostenible, que genera beneficios para la humanidad, y si lo unimos a la vergonzosa realidad de la inversión en I+D de este país, poco futuro.
Aunque en los medios y la administración pública, tienen su esperanza en los empresarios, “los emprendedores” que eliminarán la contaminación, lo cierto es que son los causantes de gran parte del problema, los cuales llevan años sin realmente hacer nada, debido a los grandes beneficios que con el sistema económico actual obtienen. Por ello, no piensan en cambiarlo.
Debemos tomar la iniciativa, y urgentemente, porque si esperamos que lo hagan los empresarios o políticos, estaremos condenados, los más desfavorecidos, a sufrir las consecuencias de la contaminación y la escasez de recursos.
El movimiento sindical, en su momento, fue quien dio respuesta a las necesidades de la sociedad, como la jubilación, el pago de una baja por enfermedad o accidente, etc. Necesidades a las que la patronal y el estado en un principio no aceptaban, y hoy día algunos intentan eliminarlas. Somos nosotras, las personas de CNT, quienes debemos tomar la iniciativa por conseguir un cambio en la producción de la sociedad. Debemos ser el movimiento anarcosindical quien debe pensar, desarrollar y trabajar para conseguir unos medios de producción respetuosos con el medio ambiente, sostenibles y viables, capaces de cubrir las necesidades de la humanidad.
Debemos tomar la iniciativa, y urgentemente, porque si esperamos que lo hagan los empresarios o políticos, estaremos condenados, los más desfavorecidos, a sufrir las consecuencias de la contaminación y la escasez de recursos.
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