«Conquistará quien haya aprendido el arte de la desviación»
El arte de la guerra
De este modo, extraviando la atención de las masas mediante fiestas paganas y situando la actualidad que arde bajo el velo fantasma, alrededor de máscaras lingüísticas es como convivimos a diario con el horror. Un estremecimiento ante los muchos pueblos que se están rebelando entre rabia y conmoción. Habría que quitar la capucha a todos los oscurantismos por otra parte: la palabra radical o violento son ejemplos, son esas palabras disfrazadas por los medios, auténtico campo de atracción de vistosos titulares y manipuladas como fenómeno Dr. Jekyll / Mr. Hyde.
Deslenguar el lenguaje es necesario, ya que si hay anarquistas y con llamativa fuerza, que se nos llame de primera hora anarquistas y no sólo a la hora de ofrecer al espectador supuestos culpables, lo cual es invisibilizar al pueblo que nunca es ni será invisible, ni tonto, ni un personaje con capucha estereotipado. Divide y vencerás, eso es lo que hacen la mayoría de medios, ¿acaso no saben que prendería más fuego aún sobre el enardecimiento al ver que algo está pasando a nivel global?
Deslenguar el lenguaje es necesario, ya que si hay anarquistas y con llamativa fuerza, que se nos llame de primera hora anarquistas y no sólo a la hora de ofrecer al espectador supuestos culpables
El escenario mundial sobrado está de Aníbales Lester ¡puro espanto! eso es para sembrar la semilla del diablo… porque ya están aquí, como diría Carol A. Freelings de Postergueist: los de la represión, cabezas borradoras de acuerdos y fuerzas que dan miedo como una maldición, especies de sin alma (Delta o Ranger), maníacos de la autoridad. Grima. Igual que las amenazas de un capitalismo bestia chupacabra con los temidos hombres de negro de la economía que sobrevuelan en las cavilaciones del pueblo como los pájaros y cuervos de la película de Hitchcock con el sinvivir del mañana.
Verdadero halloween la legión de zombies que aman y votarán ser dominados, parece que nada les importase, muertos vivientes que besan la sangre de los uniformes. Algo hierve y no es brujería en un caldero, es la opresión a las personas, es los ojos sin rostro de lo que se nos viene algo muy cercano a una monstruosidad totalitaria. Permanezcamos conectados con la velocidad de una bala de plata, agencias de ciberseguridad se incorporan como aliens y hay que decir susto o muerte en éste país, donde las momias hablan como en posesión por bocas del fascismo.
Verdadero halloween la legión de zombies que aman y votarán ser dominados
Por eso, saquen brillo a los colmillos con una de Dráculas: Déjame entrar, de Thomas Alfrenson, cuando Eli con extraña ternura e inocencia, absolutamente mordaces, dice: ¿Está bien matar al asesino si uno se lo encuentra?
«Nada de lágrimas, por favor. Es un desperdicio de buen sufrimiento»
Hellraiser
¡Y a vivir la revolución con unidad, fuerza y combate!
Eloisa Alba
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