Cada día vemos en los medios de comunicación noticias negativas, donde unos pocos lo pasan mal, unidas a otras donde nos comunican los grandes beneficios que grandes corporaciones han obtenido. El bombardeo de información que recibimos hace que esto se haya convertido en algo natural, en algo aceptado por todos, que no nos produce mayor efecto que un fugaz pensamiento de pena, pero que con rapidez olvidamos. Sin embargo, uno de los mayores deseos que tiene la ciudadanía está basado en la felicidad futura de sus hijos, sin darse cuenta que el futuro de una persona no depende de desear, sino de moverse activamente.
La pandemia nos ha hecho más conscientes de la miseria, nos la ha traído más cerca de nosotros de lo que esperábamos. Nos ha traído el miedo de que en cualquier momento nuestro cómodo «estado del bienestar» se puede desmoronar. Sabemos que nuestra economía no depende de nosotros, sino de los grandes capitales, que bajo ningún concepto van a permitir que disminuyan sus beneficios, ni siquiera ante la muerte indiscriminada de seres humanos. Pero eso ya pasaba -y sigue pasando- en países donde están expoliando los recursos naturales mientras su población es masacrada de hambre.
Ahora nos damos cuenta de que ningún gobierno va a anteponer la vida de sus ciudadanos a los beneficios de esas grandes corporaciones, que siempre se va a primar la economía sobre la vida. Cuando no nos tocaba a nosotros, aún podíamos seguir viviendo en la mentira que nos habían contado, ahora ya lo tenemos encima. Nuestra responsabilidad como individuos es la de intentar cambiar las cosas, intentar luchar y cambiar este sistema donde simplemente somos mano de obra educada para producir.
Ya es hora de cambiar las cosas y ser personas antes que un simple engranaje en esta fábrica de dinero, de ser solidarias y de movilizarse para intentar que la raza humana no quede reducida a la esclavitud por parte de unos pocos. Hay que hacerlo por nosotros, por nuestros hijos, por el planeta y por la justicia social.
Desde CNT tenemos una alternativa real, efectiva y humana. Puede que no guste a todo el mundo, sobre todo a aquellos que van a ver sus lujos mermados a favor de aquellos que no tienen ni que llevarse a la boca, pero es necesario un cambio, sobre todo después de ver las prioridades de nuestros gobernantes a la hora de gestionar esta crisis. Es obligatorio un cambio.
La entrada El tiempo se acaba para el planeta, otro mundo es obligatorio se publicó primero en Confederación Nacional del Trabajo.