La crisis inmobiliaria reduce drásticamente el número de excavaciones en Barcelona y causa despidos y el cierre de empresas especializadas en el sector
La crisis económica actual, y la inmobiliaria en particular, ha acabado afectando a un mundo tan opuesto de entrada como es el de la arqueología. La recesión económica ha hecho que se construya y que se excave menos. Esto es así porque más del 90% de las excavaciones arqueológicas de Barcelona (y de Cataluña) son intervenciones preventivas -las tradicionales urgencias- que la ley obliga a costear a los promotores inmobiliarios antes de comenzar una obra, siempre que pueda afectar a restos del pasado. El descenso de actividad ha hecho que en los últimos dos años, algunas de las cerca de 20 empresas que daban trabajo a un colectivo de 400 trabajadores en toda Cataluña y que en 2007 firmaron el primer convenio laboral del sector de toda España hayan cerrado sus puertas o hayan despedido a parte de sus trabajadores.