El pasado 22 de abril, cerca de 30 personas se concentraron en la Plaza Enrique Sierra Valenzuela de Adra, convocadas por la Federación Local de Sindicatos de la CNT en protesta por la inminente reforma laboral que está girando hacia el abaratamiento del despido y el recorte de pensiones. Esta concentración contó también con la participación de la Asamblea de Parados de Adra impulsada por la central anarcosindicalista que recogieron firmas para apoyar las reivindicaciones que en materia de empleo han solicitado al Ayuntamiento abderitano.
En el transcurso de la concentración la CNT denunció el giro de 180 grados del discurso del presidente del Gobierno que aseguraba al principio que de la crisis económica que no se saldría a costa de los derechos de los trabajadores. Hoy lamentablemente, nos encontramos ante una inminente reforma laboral para abaratar el despido y una propuesta de retrasar la edad de jubilación a los 67 años. Un paso atrás en los derechos tanto laborales como sociales de los trabajadores.
Este discurso, suscrito también por el principal partido de la oposición (PP), y por el Gobernador del Banco de España está en sintonía con la pretensión de la patronal CEOE de abaratar el despido.
Para la CNT al contrario de otras fuerzas políticas y sindicales no olvidamos que la culpa de la crisis no la tienen los trabajadores. Esta crisis, la han provocado los banqueros y los especuladores y está siendo utilizada de forma interesada por los poderes económicos con la complicidad de poder político para dar una vuelta de tuerca más a los exiguos derechos que tenemos los trabajadores.
La CNT opina que abaratar el despido no va a crear más empleo ni tampoco aumentar los años de cotización para poder jubilarse. Al contrario, con estas medidas se va a facilitar aún más el despido improcedente de los trabajadores que unido a las bajas indemnizaciones contempladas en los ERES y en los despidos procedentes con indemnizaciones de 20 días lo único que fomentan es la precariedad generalizada en el mercado de trabajo.
Con la propuesta de reforma de las pensiones a los bancos se les abre un negocio de pingües beneficios porque nos veremos obligados a contratar planes privados de jubilación para complementar los miserables subsidios como ya han recomendado algunos dirigentes políticos. Una privatización encubierta del sistema público de pensiones para dejar en sus manos de bancos y aseguradoras el negocio de las pensiones.
Con estas propuestas sobre es inútil esperar que en las negociaciones salga algo positivo para los trabajadores. Propuestas sensatas defendidas por la CNT como reducir la edad de jubilación a los 55 años o la reducción progresiva de la jornada laboral a 35 ó 30 horas semanales según el sector para crear progresivamente empleo están fuera de la llamada “Mesa de Diálogo Social”.
Para la CNT esto no es nuevo. Es una tendencia desde hace años favorecida por el débil movimiento sindical. Da igual que gobierne la derecha o la izquierda. Todos los partidos se pliegan al poder económico y aplican en el ámbito económico la misma política neoliberal.
El modelo sindical que se pactó en la Transición y que algunos critican hoy por su pasividad por puro interés político contó con el consenso de todas las fuerzas políticas y sindicales del momento excepto la CNT, que lo rechazó y rechaza expresamente. Un sindicalismo basado en la subvenciones, en las elecciones sindicales, en el verticalismo, que ha dejado a un lado las señas históricas de identidad del movimiento obrero como la democracia horizontal y la implicación directa de los trabajadores en los asuntos laborales. Estos ingredientes han traído la desmovilización generalizada de los trabajadores y la dependencia económica de los sindicatos. Un caldo de cultivo perfecto para llevar a lo largo de estos años la liquidación paulatina de nuestros derechos con la complicidad del sindicalismo burocrático de CCOO y UGT y de las demás centrales sindicales que participan y viven de ese modelo sindical.
Desde la CNT defendemos la HUELGA GENERAL para poner las cosas en su sitio ya basta de que paguemos las crisis de los banqueros y capitalistas.