Después de varios años de crisis capitalista, nos damos cuenta de que la especulación y la falta de escrúpulos del gran capital han incidido definitivamente en el empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores. Dicho empeoramiento, que se viene fraguando desde la Transición y los gobiernos neoliberales de PSOE y PP, afecta ya no sólo a los derechos laborales, sino a derechos sociales básicos como las pensiones y el acceso a una vivienda digna.
Ante esta situación crítica, que se antojaba clave para dar un golpe de timón y reconducir la situación hacia un cambio definitivo de sistema económico y político, los partidos socialdemócratas -como el PSOE- se han quitado la careta y han demostrado que cuando se trata de salvarle los muebles al capitalismo, ellos lo hacen como nadie. Ya lo hicieron en 1929 (durante la anterior crisis mundial del capitalismo) y ahora, noventa años después, lo han vuelto a hacer.
En España, la nueva Reforma Laboral impuesta por el gobierno y la patronal viene a recortar, aún más si cabe, los derechos laborales y sociales de los trabajadores. Ante esta situación, los sindicatos mayoritarios no han tenido más remedio que convocar una Huelga General, huelga que la CNT apoya, sí, pero a la que se llega en un momento de manifiesta desmovilización de la clase obrera del que ellos, los sindicatos mayoritarios, son más responsables que nadie.
Por eso, desde la CNT de Jaén no vamos a apoyar las manifestaciones convocadas por las centrales sindicales UGT y CC.OO. para el día 29 de septiembre, día de la Huelga General. La CNT, por el contrario, llama a los trabajadores, estudiantes, parados y jubilados, a manifestarse junto a nosotros en la manifestación que el día 25, bajo el lema CONTRA LA REFORMA LABORAL, LUCHA ANARCOSINDICAL, recorrerá las calles de la capital desde la Plaza de la Libertad. La manifestación empezará a las 12:00, y contará con el apoyo de otros sindicatos confederales como el de Córdoba, Granada o Úbeda.
Desde la CNT apostamos por un sindicalismo de acción directa, renunciamos a las subvenciones y no queremos tener liberados ni profesionales del sindicalismo en nuestra organización. Tampoco pensamos que la “democracia obrera”, que se traduce en las empresas en la participación en las elecciones sindicales y los comités de empresa, favorezca a los trabajadores, pues pensamos que las asambleas y secciones sindicales son más que suficientes para enfrentar el poder empresarial (y así no tener que delegar en otros que, además de tener toda una serie de privilegios, a veces están más de parte del patrón que de sus propios compañeros).
Consideramos que la única manera de hacer frente a esta situación de precarización total de nuestras vidas, es tomar conciencia de la situación e impedir que otros hablen por nosotros mismos. Ahora más que nunca, es tiempo de organizarse y luchar.
¡Arriba los que luchan!