Una vez más las Marchas de la Dignidad convocamos una marcha en defensa de la Sanidad Pública, uniéndonos a las movilizaciones a nivel estatal de la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad (CAS).
Más de un año después del comienzo de la pandemia el deterioro de la sanidad pública es cada día mayor. Antes de empezar con la COVID ya estaba colapsada tras décadas de recortes y privatizaciones. El personal sanitario, aplaudido hace unos meses, ahora está agotado y desmoralizado, porque ve que no hay voluntad política ni a nivel estatal ni autonómico de arreglar tan lamentable situación.
La Atención Primaria cuyos objetivos iniciales eran la prevención y la promoción de la salud se ha transformado, al amparo de los nuevos modelos capitalistas de gestión sanitaria, en un modelo puramente asistencialista cuya actuación se basa en la demanda asistencial. Los Centros de Salud se han convertido en centros expendedores de atenciones sanitarias, (supermercados
sanitarios) con graves repercusiones para las personas tanto usuarias como
profesionales. Se ha fomentado el individualismo, el consumo desaforado de pruebas, fármacos, operaciones, etc. con todo lo que conlleva de efectos secundarios, iatrogenia, resultados indeseables, gastos innecesarios y ausencia de una auténtica medicina comunitaria y preventiva.
Es necesario por tanto recuperar la acción en la salud colectiva y abordar los determinantes sociales, económicos y ambientales de la enfermedad junto a la propia ciudadanía que la padece.
Los retrasos en la atención sanitaria pública han llevado a mucha gente desesperada a hacerse pólizas con aseguradoras privadas. Éstas, en 2020 han ganado más dinero que nunca: 9.000 millones de facturación y once millones de clientes. Casi 1 de cada 4 personas tiene un seguro privado a nivel estatal. En Córdoba basta echar un vistazo al Hospital de San Juan de Dios, la Clínica Quirón o el hospital de la Cruz Roja para observar que todos están “petaos”.
Ante las enormes listas de espera que producen muertes evitables por diagnósticos tardíos (el 20% de los cánceres por ejemplo), lejos de reforzar la sanidad pública, los gobiernos aumentan los conciertos de las patologías más rentables con la sanidad privada. En Córdoba los hospitales anteriormente citados, entre otros, se benefician de tan suculentas y millonarias derivaciones.
La mayor parte del dinero librado durante la pandemia ha ido a parar a empresas privadas: vacunas, rastreadores, pruebas diagnósticas, fármacos de dudosa eficacia y construcción de hospitales innecesarios, mientras permanecen cerradas miles de camas en hospitales públicos.
Otro tanto va a suceder con los Fondos Europeos: irán a engrosar negocios privados como la Medicina de Alta Tecnología y la Digitalización Sanitaria. ¿De verdad que estas son las auténticas prioridades de la maltrecha Sanidad Pública española? Lo más triste es que todos nosotros lo pagaremos (y de qué forma) como Deuda en los próximos años.
Mientras las patentes protegen los millonarios negocios de las multinacio- nales farmacéuticas, (que de un modo vergonzante no dejan liberarlas para que las vacunas lleguen a los países pobres) los gobiernos no han adoptado medidas preventivas y de salud pública básicas como la actuación sobre el hacinamiento en viviendas y transportes, detección precoz y aislamiento de casos, etc., por no hablar de las residencias de mayores, casi todas privadas y con condiciones sanitarias penosas, donde se han producido la mitad de las muertes totales por COVID. Las denuncias de las familias por la muerte de sus seres queridos son archivadas por los jueces.
Ante esta situación de la Sanidad Pública hay que actuar sobre las causas de raíz y abrir un debate en todo el Estado sobre el modelo sanitario que queremos, que debe empezar por garantizar la asistencia sanitaria de calidad para todas las personas, democratizando el sistema y centrándolo en los determinantes sociales, económicos y ambientales de la enfermedad.
La salud de la ciudadanía es la prioridad n.º 1 en cualquier sociedad como ha demostrado esta pandemia. La salud es tan importante que no podemos dejarla en manos del mercado y de sus nefastos intereses.
EN RESUMEN:
- ASISTIMOS AL DESMANTELAMIENTO DE LA SANIDAD PÚBLICA Y AL SAQUEO DE LOS FONDOS PÚBLICOS PARA QUE LA EMPRESA PRIVADA HAGA, MÁS QUE NUNCA, SU AGOSTO.
- NO SOLO SE TRATA DE UN ROBO, SINO TAMBIÉN DE UN CRIMEN, PORQUE LO PAGAMOS CON NUESTRA SALUD Y NUESTRAS VIDAS.
- ESTE ATAQUE COTIDIANO A NUESTROS DERECHOS SE REALIZA AL AMPARO
DE LEYES ESTATALES (Ley 15/97 y art 90 L.G.S.) VOTADAS EN SU DÍA POR LA DERECHA Y LA SUPUESTA IZQUIERDA Y CON LA COMPLICIDAD DIRECTA DE GOBIERNOS DE TODOS LOS COLORES POLÍTICOS.
SÓLO LA RESISTENCIA Y LA MOVILIZACIÓN POPULAR PUEDEN PONER FIN A ESTOS DESMANES.
EN DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA: ¡ABAJO LA PRIVATIZACIÓN DE LA SANIDAD!
¡ABOLICIÓN DE LA LEY 15/97 Y DEL ARTÍCULO 90 DE LA L.G.S.!