Todo sube menos los salarios
Suben los alimentos, la luz, los combustibles… Te privatizan la sanidad, la educación, los servicios sociales…
Vivimos una subida de precios como no se vio desde los años 80 del siglo pasado y todo parece que, de no remediarlo ya, va a continuar. La crisis económica y las sanciones a Rusia la estamos pagando nosotr@s, la clase trabajadora y, dentro de ella, l@s autónomos, no llegamos a fin de mes. Toda la crisis se nos ha trasladado a los precios del combustible, los alimentos y el recibo de la luz, que es un robo escandaloso por su carestía falsa y porque las grandes empresas eléctricas están ganando más dinero que nunca, una situación que la patronal, además, espera consolidar a través del Pacto de Rentas, en un intento de encorsetar aún más a las personas más vulnerables del Sistema (trabajador@s, autónomos, pensionistas…).
Mientras los productos de primera necesidad se sitúan en precios prohibitivos, los alquileres son inaccesibles, los suministros básicos de los hogares elevan sus tarifas sin control, se especula con los precios de los combustibles… los salarios se congelan, la precariedad y el paro aumentan… Todo esto se usa para reprimir a la clase trabajadora.
Para provocar una crisis económica planetaria sólo hay que cerrar el grifo de la energía. La crisis artificial creada por el duelo geopolítico que se está librando en Ucrania está llevando a los pueblos europeos a un punto de estrangulamiento energético que nos recuerda cada vez más a la Crisis del Petróleo de 1973 en la que vimos como el litro de gasolina súper pasó desde las 11 pesetas que costaba en septiembre de 1973 a las 94 de ese mismo mes de 1979 (una subida del 855% en seis años), con todas las consecuencias que esto trajo consigo en términos de destrucción de empleo, de reducción del volumen de intercambios comerciales en todo el mundo, de inflación y de giro brusco hacia una era de dictaduras y de guerras
La crisis y la guerra, como de costumbre, vienen de la mano y es a los pueblos a los que les toca pagar las consecuencias. Es urgente que la sensatez se abra paso a través del mar de demagogia que los medios del sistema están derrochando en los últimos meses. La Unión Europea, la OTAN y los expansionistas rusos, con Putin a la cabeza, nos están mostrando cada día su cara más siniestra como instrumentos al servicio de las fuerzas imperiales del capitalismo internacional de intoxicación ideológica, de empobrecimiento generalizado, de destrucción y de muerte. Eso es lo que nos espera si seguimos por la senda en la que hemos entrado.
Es urgente que las clases populares tomemos conciencia del momento histórico que estamos viviendo y del extraordinario peligro que tienen las opciones que se abren ante nosotros. Estamos entrando de manera inexorable en un ciclo de violencia creciente, de insolidaridad con los más débiles, de aplastamiento de las aspiraciones de los pueblos y de los derechos humanos.
Nuestra más absoluta solidaridad hacia todos los refugiados… de todas las guerras. Nuestra más profunda repulsa a la utilización de la violencia como forma de resolver las diferencias y de los bloques militares, que envenenan las relaciones entre los pueblos.
Es vital que salgamos a la calle para oponernos a la brutal espiral inflacionista en la que estamos entrando y a las causas que la han generado y que la están sosteniendo. Debemos ir contra los elementos que están provocando la escalada de precios pero, también contra las causas últimas que los determinan.
En el primer caso debemos buscar la nacionalización y/o control del sector eléctrico, para frenar la escalada de precios, luchar contra la privatización de servicios que deben ser públicos y oponernos a medidas como el Pacto de Rentas, exigiendo para ello:
- Eliminar el irracional sistema marginal de fijación de precios que rige en el sector eléctrico. Intervenir y/o nacionalizar todos los sectores estratégicos de la economía. En especial el sector energético, para apoyar a la clase trabajadora y a los demás sectores de la economía.
- Reducir la dependencia energética del exterior y sustituir todas las instalaciones basadas en los hidrocarburos, fomentando las energías renovables bajo control público, evitando aquellas que agreden al medio y/o presentan impacto ambiental.
- Controlar los precios de los alquileres, evitando que se revaloricen por un IPC que está desbocado. Prohibición de Desahucios.
- Controlar los precios de los productos básicos y de primera necesidad.
- Medidas urgentes que atajen la pérdida de poder adquisitivo de salarios y pensiones, garantizando incrementos por encima de la inflación real en cada momento, acabando con la brecha salarial y de pensiones entre hombres y mujeres. Exigimos al gobierno, a todos los sindicatos y a la patronal la escala móvil de salarios.
Pero también debemos oponernos a la escalada bélica en la que estamos entrando en Ucrania, Yemen, Palestina, Sahara, etc., para conseguir:
- Un inmediato alto el fuego, tanto en Ucrania como en Yemen. Y el cese inmediato de la represión contra los pueblos palestino y saharaui.
- La retirada de las tropas rusas de Ucrania, extranjeras de Yemen…
- La negociación, exclusivamente política, de un marco de seguridad compartida en Europa, que incluya a Rusia.
- La disolución de la OTAN y de las organizaciones militares y militaristas.
- Exigimos al gobierno el regreso de todos los militares españoles que están participando ahora en misiones exteriores y el cese del envío y venta de armas.
- El cierre y desmantelamiento de las bases militares norteamericanas en nuestro país, para lo cual las Cortes Generales deben denunciar el tratado de defensa que nos somete a los EEUU.