Como libertarios no vamos
a dejar de recordar los sucesos que han dado pié a la conmemoración
del día de hoy, porque son parte de la historia, de la nuestra y de
la universal, escrita a sangre por los mártires de Chicago y casi
vaciada de contenido: lo han intentado (y lo siguen haciendo) con mucha pasión tanto
sindicalistos vendidos al sistema como politiquillos de tres al
cuarto cegados de poder.
El 1 de mayo de 1886
comenzó en Chicago una huelga general de una importante relevancia
para aquella época, el siglo XIX, ya que hacía un llamamiento a
que las peticiones y luchas laborales fueran abordadas por la clase
obrera en una respuesta internacional, de iguales, contra la vorágine
de un capitalismo en alza y la reminiscencia del feudalismo
oligarquico en vías de transformación, para no perder el hilo del
poder.
Los hechos acontecidos en
los días posteriores, hemos de incidir en que la presencia del
anarquismo se dejó notar en huelgas y concentraciones, donde la
policía ocasionó al menos varias muertes al reprimir a los
manifestantes, desembocó el día 4 en la tragedia de la Plaza
Haymarket: una bomba estalló entre un grupo de policias que cargaba
contra la multitud, matando a uno de ellos e hiriendo a varios más.
Allí había unas 20 mil personas que fueron tiroteadas tras el
atentado, a día de hoy aún no se puede precisar el número de
manifestantes muertos en aquellos instantes. En los días posteriores
el movimiento obrero y en especial el anarquista sufrió una
represión sin precedentes igualada a la que se estaba sufriendo en
los días precedentes. Registros, allanamientos, acoso, detenciones
arbitrarias, palizas, torturas, criminalización, estado de sitio y
toque de queda dió como resultado el vergonzoso procesamiento de 8
anarquistas y posterior asesinato por ahorcamiento de 5 de ellos, a los que no quieremos dejar de recordar:
> Gorge Engel,
50 años, tipógrafo, ejecutado.
> Adolf Fischer,
30 años, periodista, ejecutado. De él es este alegato final: Solamente
tengo que protestar contra la pena de muerte que me imponen porque no
he cometido crimen alguno… pero si he de ser ahorcado por profesar
mis ideas anarquistas,
por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces
no tengo inconveniente. Lo digo bien alto: dispongan de mi vida
> Albert Parsons,
39 años, periodista, ejecutado (quien no estuvo en el lugar de los sucesos pero al que se
juzgó y condenó igual que a los demás). En el juicio dijo: El
principio fundamental de la anarquía
es la abolición del salario y la sustitución del actual sistema
industrial y autoritario por un sistema de libre cooperación
universal, el único que puede resolver el conflicto que se prepara.
La sociedad actual sólo vive por medio de la represión, y nosotros
hemos aconsejado una revolución social de los trabajadores contra
este sistema de fuerza. Si voy a ser ahorcado por mis ideas
anarquistas, está bien: mátenme.
> August Spies,
31 años, periodista, ejecutado. Su alegato final fué: Honorable
juez, mi defensa es su propia acusación, mis pretendidos crímenes
son su historia. […] Puede sentenciarme, pero al menos que se sepa
que en el estado de Illinois
ocho hombres fueron sentenciados por no perder la fe en el último
triunfo de la libertad y la justicia
> Louis Lingg, 22 años, carpintero, se
ahorcó en su celda días antes de ser ejecutado. Su alegato final:
No, no es por un crimen por lo que nos
condenan a muerte, es por lo que aquí se ha dicho en todos los
tonos: nos condenan a muerte por la anarquía, y puesto que se nos
condena por nuestros principios, yo grito bien fuerte: ¡soy anarquista!
Los desprecio, desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su
autoridad. ¡Ahórquenme!
> Samuel Fielden,
39 años, pastor metodista, cadena perpetua.
> Michael Schwab,
33 años, tipógrafo, cadena perpetua. Sus palabras finales en el juicio fueron: Hablaré
poco, y seguramente no despegaría los labios si mi silencio no
pudiera interpretarse como un cobarde asentimiento a la comedia que
se acaba de desarrollar. Lo que aquí se ha procesado es la anarquía,
y la anarquía es una doctrina hostil opuesta a la fuerza bruta, al
sistema de producción criminal y a la distribución injusta de la
riqueza. Ustedes y sólo ustedes son los agitadores y los
conspiradores.
> Oscar Neeve,
36 años, vendedor, condenado a 15 años de trabajos forzados.
No hace muchos años se
supo, al desclasificar documentos oficiales, que aquella bomba fue
arrojada por esbirros, muy bien pagado, del poder infiltrados entre
los obreros manifestantes. La burguesía capitalista a nivel mundial
no podía permitir que los anarquistas propagaran su ideal de
libertad y fraternidad entre la masa obrera que pudiera quitarles los
privilegios, asentados en las desigualdades sociales, el expolio y la explotación
del semejante.
Nos trasladamos, en el
tiempo, al siglo XXI. No es muy diferente la criminalización de los
movimientos sociales y obreros, que desde los lobbies de poder y los
acérrimos defensores del sistema se ceban en los últimos tiempos
sobre el anarquismo. No es muy diferente este SISTEMA de aquel pues
el eje enlazado es el CAPITALISMO. No es diferente, a antaño, que
los medios de comunicación de masas (en manos de lobbies de poder)
sean las correas de transmisión que más acentúen la defensa del
sistema. No son tan diferentes las bases de poder que sustentan ese
sistema, como las de antaño. No es
tan diferente que la política juegue un papel fundamental en la
defensa del SISTEMA y que la policía lo guarde con celo absoluto. Lo
verdaderamente diferente es la conciencia social y laboral que había
en aquel tiempo y la que casi no hay ahora.
El
SISTEMA emplea una violencia sicológica descomunal contra el pueblo
al que ata muy en corto para que le proporcione cobertura a sus
desmanes. Y si, aún así, hay hombres y mujeres que piensan, sienten
y padecen y con su resistencia pueden poner en peligro al poder
mismo, no se cortarán en emplear la violencia y el terror más cruel
para conseguir sus fines. El SISTEMA es despiadado, sin sentimientos
ni dolor.
En
este contexto de crisis profunda, impuesta por el SISTEMA para
regenerarse, tenemos que el sindicalismo político, llamándolo de
una forma coloquial entreguista, vendeobreros, valedor del pactismo
mediador, ha mirado su propio interés entregando, en vergonzosa
claudicación, las conquistas laborales. Ese “sindicalismo” ha
caducado. Su retroceso es proporcional al desencanto de la masa
obrera porque en nada representan sus derechos.
El
anarcosindicalismo no debe platearse el aprovechar este desencanto
porque nos vamos a estrellar contra un profundo muro de reproche y
desilusión generado por más de 30 años de imposiciones
democráticas y pérdidas de derechos que se normalizaron en la
adjudicación de subvenciones y privilegios para cúpulas sindicales
vendidas al poder. Nuestro cometido es seguir la linea que marcan
nuestros principios, tácticas y finalidades. Nuestro horizonte no es
otro que el mundo nuevo que llevamos en los corazones, ese mundo de
anarquía, de profundo orden en libertad, de fraternidad y apoyo
mutuo, de honradez y lucha. Porque la lucha no ha de cesar mientras
haya un solo ser humano privado de libertad, mientras existan
gobiernos tiranos, mientras existan gobernantes autoritarios por muy
demócratas que se vistan.
Nuestro
cometido es llevar el mensaje de anarquía impregnado en la negra
bandera, y el mensaje de lucha sindical en la rojaynegra. Somos
aprendices de anarquistas y por mucho que nos quieran doblegar,
nuestra cabeza alta, nuestra dignidad por las nubes. Y aunque la bota del asesino SISTEMA nos quiera doblegar seguiremos adelante en nuestro empeño porque de su utopía nació su tiranía y de nuestra utopía nacerá la libertad.
Hoy
son negras las tormentas que agitan los aires, como antaño nubes muy
oscuras las que nos impiden ver, y aunque nos espere el dolor y la
muerte aquí estamos los anarquistas, anarcosindicalistas y libertarios contra el
sistema autoritario y el poder. El bien que más preciamos es la
libertad y por ella luchamos con fe y con valor. Alta, muy alta, la
bandera revolucionaria que espera hondeante al viento, su triunfo
final… En pie heman@s del pueblo obrero, miremos de frente la batalla que hemos de derrotar este sistema de opresión… a las barricadas, a las barricadas por el triunfo del pueblo en confederación…