La realidad que encontramos en el campo y el trabajo agrícola en la actualidad es lamentable. L@s trabajadoras/es del campo en Andalucía y en todo el estado son de l@s más afectad@s por la situación económica actual a pesar de la invisibilización de los medios de comunicación.
Actualmente un/a trabajador/a agrícola cobra un sueldo muy por debajo del de otros sectores. Por ejemplo, aquí en la provincia de Córdoba el sueldo está en 42 euros por jornada, el más bajo de toda la comunidad. Además en el último Convenio Provincial firmado por UGT y la patronal se incrementa la jornada laboral y se mantiene el mismo sueldo, además de imponerse legalmente unas condiciones de total sumisión por parte del trabajador que en la práctica no puede oponerse a las directrices del encargado o manijero, por muy descabelladas que estas sean. Esto sumado a la eventualidad del trabajo en el campo hace que este sea uno de los sectores más precarios laboralmente.
El problema del campo en este país y sobre todo en la región andaluza, en concreto, viene de largo y arrastra los mismos problemas que hace décadas. Tras la llamada Transición y con el nuevo régimen político se pretendió contentar a los jornaleros con el denominado PER y la renta agraria, con el objetivo de que los pueblos no se quedarán abandonados y de apagar las protestas en el campo. La Reforma Agraria volvió a ser papel mojado y la distribución de la tierra siguió en manos de unos pocos terratenientes y familias que todavía hoy concentran la mayor parte de las tierras.